MONTE TUMBLEDOWN
Al teniente de corbeta Carlos Daniel Vázquez, del BIM 5
Por Nicolás Kasanzew
(Tango)
En la noche del último lance
Del enfrentamiento postrer,
Detuvimos al brit en su avance
De las diez y hasta el amanecer.
Quien debía habernos cubierto,
Se esfumó sin aviso alguno.
Quien no fue malherido, fue muerto,
Mas de todos flaqueó solo uno.
Si entrecierro los ojos, me arrima
La memoria, el más fiel de los chasques,
Esa escena dantesca en la cima:
Las Termópilas de Carlos Vázquez.
Con el joven teniente al frente,
Y aun siendo uno ante diez,
Nuestra cuarta sección ciertamente,
A parir puso al guardia escocés.
Desde el vamos tuvimos bien claro,
Que los cuarenta en un haz
Con el Cristo por todo amparo
No daríamos ni un paso atrás.
Si entrecierro los ojos, asoma,
Como tela de aquel pintor Cúneo,
Esa noche archinegra en la loma,
Que el fragor convirtió en plenilunio.
En un cuerpo a cuerpo trenzados,
No pedimos ni dimos cuartel.
El teniente exigió a los mandos
Que el fuego lo abrieran sobre él.
No importaba si él mismo caía
Daba igual si moríamos todos.
Si, contaba, la quijotería
De parar a los brits de ese modo.
Si entrecierro los ojos, me arrima
La memoria, el más fiel de los chasques,
Esa escena dantesca en la cima:
Las Termópilas de Carlos Vázquez.
Al teniente de corbeta Carlos Daniel Vázquez, del BIM 5
Por Nicolás Kasanzew
(Tango)
En la noche del último lance
Del enfrentamiento postrer,
Detuvimos al brit en su avance
De las diez y hasta el amanecer.
Quien debía habernos cubierto,
Se esfumó sin aviso alguno.
Quien no fue malherido, fue muerto,
Mas de todos flaqueó solo uno.
Si entrecierro los ojos, me arrima
La memoria, el más fiel de los chasques,
Esa escena dantesca en la cima:
Las Termópilas de Carlos Vázquez.
Con el joven teniente al frente,
Y aun siendo uno ante diez,
Nuestra cuarta sección ciertamente,
A parir puso al guardia escocés.
Desde el vamos tuvimos bien claro,
Que los cuarenta en un haz
Con el Cristo por todo amparo
No daríamos ni un paso atrás.
Si entrecierro los ojos, asoma,
Como tela de aquel pintor Cúneo,
Esa noche archinegra en la loma,
Que el fragor convirtió en plenilunio.
En un cuerpo a cuerpo trenzados,
No pedimos ni dimos cuartel.
El teniente exigió a los mandos
Que el fuego lo abrieran sobre él.
No importaba si él mismo caía
Daba igual si moríamos todos.
Si, contaba, la quijotería
De parar a los brits de ese modo.
Si entrecierro los ojos, me arrima
La memoria, el más fiel de los chasques,
Esa escena dantesca en la cima:
Las Termópilas de Carlos Vázquez.