A 30 AÑOS DE OTRA PROEZA EN MALVINAS
De toda la guarnición de Darwin-Pradera del Ganso solo tres hombres (al mando del jovencísimo alférez Eduardo Daghero) no se rindieron, logrando burlar el cerco inglés. Eran los del Puesto “Biguá”, de la ROA (Red de Observadores Adelantados) de la Base Aérea Cóndor en Pradera del Ganso, que en las afueras del poblado, a la intemperie, vigilaban las posibles avenidas de aproximación de los Harriers, allí donde los radares argentinos no cubrian el espacio aéreo. Tras marchar camuflados varias jornadas, fueron rescatados en una audaz incursión sobre terreno enemigo por una “pala” (helicóptero), piloteada por los tenientes Vergara y Sanchez de la Fuerza Aérea, que llegó volando a ras de la hierba desde Puerto Argentino.
LOS OJOS DEL CONDOR
Por Nicolás Kasanzew
Los ojos del cóndor
Vigilan el istmo,
Desde el trasfondo,
Del mismo turbal.
Donde no hay radares,
Si vienen los Harriers,
Los observadores
Daran la señal.
Mas si la victoria
Resulta esquiva,
Aun queda la gloria
De no capitular.
Forzar un escape
Con garra ofensiva:
Estando rodeados
El cerco burlar.
Eso hicieron los tres del Biguá,
Zigzagueando por aquí y allá,
Camuflados cual mamboretás,
Se escurrieron como los chajás.
A esa boca de lobo
Colmada de asechos,
Con SAS y Sea King
Rastrillando el lugar,
Peinando el herbaje
En mortal martingala
Llego nuestra “pala”
A salvar y a evacuar.
Montaron en ella
Los tres de la ROA
Su buena estrella
No se iba a apagar.
Cual una centella
Salieron del cepo:
A ellos la loa
Por no claudicar.
Eso hicieron los tres del Biguá,
Zigzagueando por aquí y allá,
Camuflados cual mamboretás,
Se escurrieron como los chajás.