Pueblo chico, infierno grande
North Arm es probablemente el mas grande de los caserios que existen al Sur de Darwin/Goose Green, en esa enorme vastedad que se conoce como Lafonia. Está ubicado al fondo de la mas austral de las bahías que –desde el Este- penetran en ese pedazo de tierra donde abundan las ondulaciones pero no las alturas que se pueden encontrar en la parte norte de la Isla Soledad o en Gran Malvina.
En la guerra de 1982, ese punto fue escenario de numerosas acciones directas e indirectas de parte de los beligerantes, aunque ninguna con la espectacularidad de las vistas mas al Norte. En resumen, visitados frecuentemente por “elementos clandestinos” británicos, o por helicópteros con tropas argentinos; sobrevolados casi a diario por aviones de ambos bandos, o testigos lejanos de acciones navales en las costas del Estrecho de San Carlos, los habitantes de ese poblado vieron la guerra pasar todavía cargando sobre sus conciencias con “aquello”.
El “caso Addis”
El Invierno de 1980 no fue extremadamente crudo. El personal de Royal Marines que ocuparía las plazas de la Naval Party 8901 llegó a cumplir con su turno anual como era habitual y –en Agosto- algunas patrullas se adentraban en las islas a cumplir tareas de patrullaje, entrenamiento o simple familiarización con el terreno. Una de estas, compuesta por cinco Royal Marines, llegó a North Arm en la primera semana de Agosto a bordo del MV Forrest como parte de estos despliegues. En la tarde del 8 de Agosto el salón comunal, convertido en improvisado club social, se pobló de concurrentes que –aparentemente- departieron hasta entrada la madrugada. Los Marines no tenían apuro y –al menos hasta la 1.30 AM del día siguiente- dos de ellos permanecieron en el lugar; uno de ellos era el Marine Alan Addis, a quien ya nunca mas volvería a verse.
Al día siguiente, con los Marines abordo, el Forrest se preparó para zarpar del pequeño muelle con destino a Port Stanley. Sobre las horas de la mañana, se hizo evidente que Addis no estaba abordo, que no había retornado en la noche y tanto los Marines como la tripulación, pasaron directamente del molesto asombro a la preocupación. Puestos rápidamente a la tarea de hallarlo, los compañeros de Addis notaron que los locales parecían estar “sobre-aviso” de la desaparición del Marine, aún cuando todos los que lo sabían se hallaban a bordo del vapor local. No hay evidencias de que se hubiera establecido contacto radial informando la situación, por lo que la forma en la que “la noticia” había desembarcado no estaba (ni está aún hoy) del todo clara.
En la tarde, no quedaba casa, galpón o zanja que no hubiera sido revisada y vuelta a revisar. No había evidencias de caída al agua en la zona del pequeño muelle ni de accidentes que involucraran heridas. De hecho, no solo no se encontró a Addis, si no que tampoco se encontró ni una prenda ni una parte del equipamiento que llevaba con él al momento de desaparecer la noche anterior. En los días siguientes, mas Marines, autoridades locales, aviones y hasta un buzo para rastrear los fondos de la bahía fueron despachados a North Arm. No hubo novedades y una hipótesis nueva empezó a afianzarse: Addis se había desorientado, errado el rumbo y estaría ya muerto de hipotermia y/o deshidratación o –con mucha suerte- aún vagando por “el camp” cercano a la localidad.
Sobre el final de la Primavera de ese año 1980, una investigación concluyó con que “Addis estaba seguramente muerto” pero poco podía decirse sobre circunstancias, lugares o posibles responsables, mas allá del último paradero que se conocía del soldado. En Noviembre del año siguiente, Anne Addis, madre del desaparecido Marine, viajó a las Malvinas y se convenció de que tras la “desaparición/muerte” de su hijo había mucho mas de lo que se había informado oficialmente. Algunos miembros de los Marines que habían llegado en el turno de rotación de 1981, para entonces también estaban convencidos de que Addis estaba efectivamente muerto, pero como producto de un asesinato. De hecho, la sospecha de los militares británicos sobre el destino de su camarada, se había hecho carne casi tan tempranamente como había comenzado la búsqueda en el lejano caserío del sur de Lafonia, 15 meses antes. A tal punto había llegado la paranoia por las posibles derivaciones del “caso Addis” que el Mayor a cargo de la Naval Party 8901 había debido cerrar con candado propio la armería y restringir in extremis el uso y portación de armas por unas semanas.
A su retorno a Inglaterra, Anne Addis logró involucrar al Ministerio de Defensa en el esclarecimiento del crimen de su hijo, el que dispuso la intervención de la SIB/RMP, o Special Investigations Branch Royal Military Police (Rama de Investigaciones Especiales de la Real Policía Militar). Personal militar fue despachado en el Verano de 1982 a las Malvinas a investigar y completar los antecedentes del caso, produciéndose un informe clasificado y confidencial cuyo conocimiento no fue autorizado ni siquiera a la madre de la víctima. Sobre fines de Marzo, la atención giró hacia otro lado y en Abril, “el caso Addis” dejó de ser la comidilla de los kelpers. Si efectivamente se había cometido un asesinato, alguien había logrado salirse con la suya.
La Guerra de las Malvinas contribuyó en gran medida a cambiar todo en las islas, especialmente para sus habitantes. Como consecuencia de ella, la infraestructura de que siempre había carecido, se desarrolló con asombrosa velocidad y variedad; los latifundios se subdividieron y la Falkland Islands Company (FIC) eventualmente quedó reducida a una serie de comercios varios; las instalaciones militares se multiplicaron en forma inaudita. La cría de ganado ovino dejó de ser la actividad principal, en tanto que la venta de licencias de pesca, el turismo de cruceros y “el apoyo” a las unidades militares destacadas a las islas se transformaron en las actividades económicas mas relevantes. Todo “el viejo mundo insular”, prácticamente, desapareció para siempre en loas años siguientes al Invierno de 1982… Pero no algunas de las historias irresueltas de ese mundo.
A juzgar a los vivos y a los muertos…
En 1993, Anne Addis volvió a la carga. Rumores sobre conversaciones auto-incriminatorias llegaron a sus oídos y otra vez las autoridades insulares retomaron el caso. Inicialmente, la búsqueda de antecedentes sobre “el caso Addis” se topó con la desagradable novedad de que estos no existían ya. Aunque en un principio se explicara el faltante de expedientes a partir de “la ocupación argentina”, prontamente quedó en evidencia por testimonios varios, que “los papeles faltantes” habían sido incinerados y destruidos (junto a otros varios) en las horas previas al desembarco argentino del 2 de Abril “para evitar que el enemigo conociera informaciones sobre los despliegues intra-insulares” asi como de los elementos de la Falkland Islands Defence Force (FIDF) existentes “en el camp”.
Aunque desmentida y abandonada la línea de investigación denunciada por la señora Addis, en menos de dos años se produciría un importante avance, cuando en 1995 se concretara el arresto de cuatro hombres acusados de haber participado directa o indirectamente en la desaparición del Marine Addis. Trasladados a Mount Pleasant, fueron indagados e interrogados por oficiales civiles y militares y –eventualmente- puestos en libertad sin cargos en su contra. En 1997, se llevó a cabo una nueva búsqueda con arqueólogos forenses y geo-radares en la propia zona de la desaparición, la que arrojó resultados negativos.
En el Siglo XXI, la investigación volvió a cobrar fuerza en 2010, cuando un kelper residiendo fuera de las islas contactó a Anne Addis para informarle el lugar donde yacia enterrado Alan. Aunque oficialmente se informó que no se había encontrado ningún cuerpo en el lugar indicado, si se aclaró que nuevas pistas habían surgido, por lo que se ofrecía protección policial a cualquiera que estuviera dispuesto a brindar detalles que permitieran aclarar el caso. Desde entonces, nada mas se ha sabido y –ocasionalmente- el tema resurge aquí y allá en medios de prensa locales, británicos o en las simples conversaciones de algunos viejos isleños.
Si el río suena…
En 1998, la TV británica produjo un documental centrado en el caso. Lo mas llamativo del mismo, es la entidad que se da a los rumores, como posibles hipótesis, cuando no verdades no-oficiales. Entre estos rumores, se destacan dos: primero, el que destaca que Addis habría sido asesinado la noche de su desaparición al ser sorprendido con la esposa de un terrateniente local; segundo, el que liga la muerte de Addis a la del kelper John Biggs, sucedida en el mismo mes de agosto de 1980, como producto del incendio de un galpón en el que este se hallaba.
En el primer caso, estaríamos ante un caso de “crimen por venganza” de connotaciones sexuales, pasionales. No puede dejar de observarse que no existían terratenientes en esa zona de la Isla Soledad, ya que la totalidad de Lafonia era de propiedad de la FIC; en todo caso, debería referir el rumor a “la esposa del Gerente local de la FIC”. La segunda versión, es aún mas retorcida en sus detalles, puesto que cifra el incendio del galpón, como la tapadera del crimen de Biggs, el cual habría ocurrido antes y que estaría motivado por su voluntad de presentarse como “aportante de información clave” en lo concerniente a la desaparición del Marine Addis.
Un crimen irresuelto de un mundo desaparecido…
Fuentes:
Tompsem & Angel. Too Few Too Far: The True Story of a Royal Marine Commando. Ca 1985 ?
Carroll. "Drink, sex and a 17 year old murder mystery at the very end of the world". En Daily Mail. Publicado el 23 de Junio de 1997.
Mackinnon. “Final act in a Falklands drama - Marine Alan Addis disappeared from a Falklands social club 15 years ago.” En The Independent. Publicado el 29 de Agosto de 1995.
British Forces News. “Mising Marine” Publicado en Youtube.com, el 28 de Mayo de 2010. (Disponible en https://www.youtube.com/watch?v=APNNnCtNZ20 )
Saludos
Christian
North Arm es probablemente el mas grande de los caserios que existen al Sur de Darwin/Goose Green, en esa enorme vastedad que se conoce como Lafonia. Está ubicado al fondo de la mas austral de las bahías que –desde el Este- penetran en ese pedazo de tierra donde abundan las ondulaciones pero no las alturas que se pueden encontrar en la parte norte de la Isla Soledad o en Gran Malvina.
En la guerra de 1982, ese punto fue escenario de numerosas acciones directas e indirectas de parte de los beligerantes, aunque ninguna con la espectacularidad de las vistas mas al Norte. En resumen, visitados frecuentemente por “elementos clandestinos” británicos, o por helicópteros con tropas argentinos; sobrevolados casi a diario por aviones de ambos bandos, o testigos lejanos de acciones navales en las costas del Estrecho de San Carlos, los habitantes de ese poblado vieron la guerra pasar todavía cargando sobre sus conciencias con “aquello”.
El “caso Addis”
El Invierno de 1980 no fue extremadamente crudo. El personal de Royal Marines que ocuparía las plazas de la Naval Party 8901 llegó a cumplir con su turno anual como era habitual y –en Agosto- algunas patrullas se adentraban en las islas a cumplir tareas de patrullaje, entrenamiento o simple familiarización con el terreno. Una de estas, compuesta por cinco Royal Marines, llegó a North Arm en la primera semana de Agosto a bordo del MV Forrest como parte de estos despliegues. En la tarde del 8 de Agosto el salón comunal, convertido en improvisado club social, se pobló de concurrentes que –aparentemente- departieron hasta entrada la madrugada. Los Marines no tenían apuro y –al menos hasta la 1.30 AM del día siguiente- dos de ellos permanecieron en el lugar; uno de ellos era el Marine Alan Addis, a quien ya nunca mas volvería a verse.
Al día siguiente, con los Marines abordo, el Forrest se preparó para zarpar del pequeño muelle con destino a Port Stanley. Sobre las horas de la mañana, se hizo evidente que Addis no estaba abordo, que no había retornado en la noche y tanto los Marines como la tripulación, pasaron directamente del molesto asombro a la preocupación. Puestos rápidamente a la tarea de hallarlo, los compañeros de Addis notaron que los locales parecían estar “sobre-aviso” de la desaparición del Marine, aún cuando todos los que lo sabían se hallaban a bordo del vapor local. No hay evidencias de que se hubiera establecido contacto radial informando la situación, por lo que la forma en la que “la noticia” había desembarcado no estaba (ni está aún hoy) del todo clara.
En la tarde, no quedaba casa, galpón o zanja que no hubiera sido revisada y vuelta a revisar. No había evidencias de caída al agua en la zona del pequeño muelle ni de accidentes que involucraran heridas. De hecho, no solo no se encontró a Addis, si no que tampoco se encontró ni una prenda ni una parte del equipamiento que llevaba con él al momento de desaparecer la noche anterior. En los días siguientes, mas Marines, autoridades locales, aviones y hasta un buzo para rastrear los fondos de la bahía fueron despachados a North Arm. No hubo novedades y una hipótesis nueva empezó a afianzarse: Addis se había desorientado, errado el rumbo y estaría ya muerto de hipotermia y/o deshidratación o –con mucha suerte- aún vagando por “el camp” cercano a la localidad.
Sobre el final de la Primavera de ese año 1980, una investigación concluyó con que “Addis estaba seguramente muerto” pero poco podía decirse sobre circunstancias, lugares o posibles responsables, mas allá del último paradero que se conocía del soldado. En Noviembre del año siguiente, Anne Addis, madre del desaparecido Marine, viajó a las Malvinas y se convenció de que tras la “desaparición/muerte” de su hijo había mucho mas de lo que se había informado oficialmente. Algunos miembros de los Marines que habían llegado en el turno de rotación de 1981, para entonces también estaban convencidos de que Addis estaba efectivamente muerto, pero como producto de un asesinato. De hecho, la sospecha de los militares británicos sobre el destino de su camarada, se había hecho carne casi tan tempranamente como había comenzado la búsqueda en el lejano caserío del sur de Lafonia, 15 meses antes. A tal punto había llegado la paranoia por las posibles derivaciones del “caso Addis” que el Mayor a cargo de la Naval Party 8901 había debido cerrar con candado propio la armería y restringir in extremis el uso y portación de armas por unas semanas.
A su retorno a Inglaterra, Anne Addis logró involucrar al Ministerio de Defensa en el esclarecimiento del crimen de su hijo, el que dispuso la intervención de la SIB/RMP, o Special Investigations Branch Royal Military Police (Rama de Investigaciones Especiales de la Real Policía Militar). Personal militar fue despachado en el Verano de 1982 a las Malvinas a investigar y completar los antecedentes del caso, produciéndose un informe clasificado y confidencial cuyo conocimiento no fue autorizado ni siquiera a la madre de la víctima. Sobre fines de Marzo, la atención giró hacia otro lado y en Abril, “el caso Addis” dejó de ser la comidilla de los kelpers. Si efectivamente se había cometido un asesinato, alguien había logrado salirse con la suya.
La Guerra de las Malvinas contribuyó en gran medida a cambiar todo en las islas, especialmente para sus habitantes. Como consecuencia de ella, la infraestructura de que siempre había carecido, se desarrolló con asombrosa velocidad y variedad; los latifundios se subdividieron y la Falkland Islands Company (FIC) eventualmente quedó reducida a una serie de comercios varios; las instalaciones militares se multiplicaron en forma inaudita. La cría de ganado ovino dejó de ser la actividad principal, en tanto que la venta de licencias de pesca, el turismo de cruceros y “el apoyo” a las unidades militares destacadas a las islas se transformaron en las actividades económicas mas relevantes. Todo “el viejo mundo insular”, prácticamente, desapareció para siempre en loas años siguientes al Invierno de 1982… Pero no algunas de las historias irresueltas de ese mundo.
A juzgar a los vivos y a los muertos…
En 1993, Anne Addis volvió a la carga. Rumores sobre conversaciones auto-incriminatorias llegaron a sus oídos y otra vez las autoridades insulares retomaron el caso. Inicialmente, la búsqueda de antecedentes sobre “el caso Addis” se topó con la desagradable novedad de que estos no existían ya. Aunque en un principio se explicara el faltante de expedientes a partir de “la ocupación argentina”, prontamente quedó en evidencia por testimonios varios, que “los papeles faltantes” habían sido incinerados y destruidos (junto a otros varios) en las horas previas al desembarco argentino del 2 de Abril “para evitar que el enemigo conociera informaciones sobre los despliegues intra-insulares” asi como de los elementos de la Falkland Islands Defence Force (FIDF) existentes “en el camp”.
Aunque desmentida y abandonada la línea de investigación denunciada por la señora Addis, en menos de dos años se produciría un importante avance, cuando en 1995 se concretara el arresto de cuatro hombres acusados de haber participado directa o indirectamente en la desaparición del Marine Addis. Trasladados a Mount Pleasant, fueron indagados e interrogados por oficiales civiles y militares y –eventualmente- puestos en libertad sin cargos en su contra. En 1997, se llevó a cabo una nueva búsqueda con arqueólogos forenses y geo-radares en la propia zona de la desaparición, la que arrojó resultados negativos.
En el Siglo XXI, la investigación volvió a cobrar fuerza en 2010, cuando un kelper residiendo fuera de las islas contactó a Anne Addis para informarle el lugar donde yacia enterrado Alan. Aunque oficialmente se informó que no se había encontrado ningún cuerpo en el lugar indicado, si se aclaró que nuevas pistas habían surgido, por lo que se ofrecía protección policial a cualquiera que estuviera dispuesto a brindar detalles que permitieran aclarar el caso. Desde entonces, nada mas se ha sabido y –ocasionalmente- el tema resurge aquí y allá en medios de prensa locales, británicos o en las simples conversaciones de algunos viejos isleños.
Si el río suena…
En 1998, la TV británica produjo un documental centrado en el caso. Lo mas llamativo del mismo, es la entidad que se da a los rumores, como posibles hipótesis, cuando no verdades no-oficiales. Entre estos rumores, se destacan dos: primero, el que destaca que Addis habría sido asesinado la noche de su desaparición al ser sorprendido con la esposa de un terrateniente local; segundo, el que liga la muerte de Addis a la del kelper John Biggs, sucedida en el mismo mes de agosto de 1980, como producto del incendio de un galpón en el que este se hallaba.
En el primer caso, estaríamos ante un caso de “crimen por venganza” de connotaciones sexuales, pasionales. No puede dejar de observarse que no existían terratenientes en esa zona de la Isla Soledad, ya que la totalidad de Lafonia era de propiedad de la FIC; en todo caso, debería referir el rumor a “la esposa del Gerente local de la FIC”. La segunda versión, es aún mas retorcida en sus detalles, puesto que cifra el incendio del galpón, como la tapadera del crimen de Biggs, el cual habría ocurrido antes y que estaría motivado por su voluntad de presentarse como “aportante de información clave” en lo concerniente a la desaparición del Marine Addis.
Un crimen irresuelto de un mundo desaparecido…
Fuentes:
Tompsem & Angel. Too Few Too Far: The True Story of a Royal Marine Commando. Ca 1985 ?
Carroll. "Drink, sex and a 17 year old murder mystery at the very end of the world". En Daily Mail. Publicado el 23 de Junio de 1997.
Mackinnon. “Final act in a Falklands drama - Marine Alan Addis disappeared from a Falklands social club 15 years ago.” En The Independent. Publicado el 29 de Agosto de 1995.
British Forces News. “Mising Marine” Publicado en Youtube.com, el 28 de Mayo de 2010. (Disponible en https://www.youtube.com/watch?v=APNNnCtNZ20 )
Saludos
Christian