Operación Río Cincel
Corría el mes de abril y continuaban las tareas logísticas de abastecimiento, por aire y mar.
En apoyo a estas tareas el 07 de abril arribó el buque Río Cincel, de ELMA, y fondeó al este de la línea determinada por punta Artillería punta Doctor, con la finalidad de transbordar material al buque Isla de los Estados.
Mientras se estaba realizando esta tarea, se detectó que el buque comenzaba a garrear, acercándose peligrosamente al pesquero polaco Golpo.
Ante tal situación, el capitán del Río Cincel, procedió a dar máquina hacia adelante.
A pesar de la maniobra, la hélice del Río Cincel tomó la cadena del buque polaco, la que dio varias vueltas sobre su guardacabos; se trabó de inmediato, y provocó que la proa del buque pesquero impactara con la popa de la embarcación argentina.
Era necesario dar rápida solución a tal situación, ado que, por un lado, existía la urgencia de efectuar la descarga del material, y por el otro, ambos buques debían abandonar la zona de conflicto lo antes posible.
El capitán del Río Cincel solicitó al apostadero naval, personal de buzos capacitados y equipados para soportar las bajas temperaturas reinantes en esa época del año, y también, un equipo que permitiera cortar las cadenas debajo del agua.
Las autoridades a cargo del apostadero naval de Puerto Argentino manifestaron que no disponían de personal ni de materíal en el área y por lo tanto, los solicitarían al continente.
Fue entonces cuando el Vicecomodoro Maiorano, que se desempeñaba como oficial de enlace con la autoridades navales, para el procesamiento de la carga de la FAA, consultó con el jefe de la BAM, Comodoro Destri si, entre el personal a sus órdenes, había gente capacitada para realizar esta tarea.
Resultó que el GOE contaba con los especialistas.
Se designó al Teniente Alfredo Sidders y al Cabo Primero Walter Abal, para efectuar el análisis de la situación.
El primer inconveniente fue que no se disponía de equipamiento adecuado. La razón del despliegue del grupo a Malvinas no contemplaba situaciones de este tipo. Por tal motivo se concurrió a un depósito de la Royal Marine.
Se encontró solamente, una chaquetilla y dos pantalones tipo jardinero, de neoprene.
Por el mal tiempo reinante, el personal hizo su presentación el 08 de abril ante el comandante del buque argentino, Capitán Juan Carlos Trivelín.
A medida que se aproximaban, su asombro crecía tanto como la imagend el buque que, por su tamaño, no era comparable a ninguno de los por ellos conocido. A esto debrían sumársele que, por ser miembros de la FAA, iban a vivir su primera experiencia naval.
Una vez embarcados, se puso en conocimiento del Capitán la falta de botas, testeras, guantes, visores, aletas, cinturón de lastre, y lo incompleto de los trajes de neoprene. En ese momento, alguien de la tripulación les acercó un par de aletas (patas de rana), un visor de juguete y un equipo de oxígeno para incendios, que fue desechado por no estar en las condiciones de estanqueidad requeridas.
Por su parte, el capitán les hizo conocer algunas de sus preocupaciones.
1_ Debido al oleaje producido por la marea, ambos buques se dirigían peligrosamente hacia la costa con el riesgo inminente de encallar.
2_ La necesidad de entregar la carga que portaba, que era esperada ansiosamente por los órganos de abastecimiento, entre ellos el de la Fuerza Aérea, dado que, dentro de este envió se encontraban las placas de el Grupo 1 de Construcciones debía utilizar para dar mayor extensión a la pista.
3_ La proximidad del día en que las fuerzas inglesas llevarían a cabo el bloqueo de la zona.