PARTE III
El Alto Valle en 1978 y el tratamiento en la prensa escrita
En medio del clima pre-bélico descrito en el punto anterior, y como sucedió en muchos países y en diferentes épocas, las autoridades argentinas iniciaron actividades tendientes a involucrar a la población civil en la situación. Estas actividades se conocen como acción o propaganda psicológica. Como parte de la campaña tendiente a “preparar mentalmente” a la población, se ejecutaron numerosas acciones que podríamos denominar de “defensa civil”. Los “operativos de oscurecimiento” en todo el país, especialmente en la zona fronteriza, se volvieron habituales. En nuestra región del Alto Valle, determinadas noches había que oscurecer toda la zona urbana y las chacras, para practicar lo que debía hacerse en caso de un ataque aéreo desde Chile. A continuación se detalla –en la forma de cuadro- algunos de esos eventos ocurridos entre Octubre y Diciembre de 1978 en las localidades del Alto Valle:
Calendario de Ejercicios de Oscurecimiento
FECHA LOCALIDAD
09 / Oct / 78 Bº Alta Barda – Neuquén Capital
27 / Nov / 78 General Godoy
05 / Dic / 78 Cipolletti – Cinco Saltos – Contralmirante Cordero
11 / Dic / 78 Alto Valle (desde Plottier hasta Chichinales)
19 / Dic / 78 Cutral-Có - Plaza Huincul
Fuente: Diario “Río Negro” de los meses de Octubre a Diciembre de 1978
Con el argumento de un potencial conflicto armado, los Intendentes nombraban Jefes de Manzana, quienes tenían que confeccionar un listado de sus vecinos y registrar las actitudes de éstos. En las noches de “operativo”, estos jefes (que a su vez dependían de otros, en una estructura piramidal) recorrían sus sectores y llamaban la atención a quienes no tapaban debidamente las aberturas de sus casas para que no saliera luz al exterior. Para tomar un ejemplo de los referidos en el cuadro anterior, en la noche del 09 de Octubre de 1978 se organizó un operativo de oscurecimiento en barrio Alta Barda organizado por Defensa Civil municipal y que fue inspeccionado por el Gobernador de la Provincia de Neuquén –General Martínez Waldner- quien sobrevoló la zona.
A partir de las 21:30, según señalaba el Boletín Oficial, se dio la orden de oscurecimiento del barrio, que apenas 30 segundos después era totalmente acatada, comprobándose un perfecto funcionamiento de los organigramas y planes impartidos a los jefes de manzana y de sector quienes tenían junto con la Policía de la provincia, la obligación de hacer cumplimentar las órdenes impartidas.
"Al respecto, cabe destacar la perfecta organización de los cuadros policiales intervinientes, así corno también el celo puesto en sus funciones por la población civil que participó del operativo, haciendo cumplir estrictamente las indicaciones adecuadas al caso, que se vio totalmente facilitada por la comprensión y decidido apoyo del resto de los habitantes de Alta Barda”. (23)
El General Martínez Waldner se reunió al término del operativo con los integrantes del organismo de Defensa Civil municipal que se encontraba presidido por el Intendente César José Gazzera y felicitó efusivamente a las personas que intervinieron en él, haciéndole llegar el reconocimiento de su gobierno. “Como gobernador, como soldado y como argentino -dijo el titular del Poder Ejecutivo-- les hago llegar mi reconocimiento por la receptividad y por el celo en el cumplimiento del deber que han puesto todos ustedes, como asimismo, el espíritu de total colaboración manifestado por todos los habitantes del barrio Alta Barda". (24)
Por los medios de comunicación se instruía a la población en general acerca del modo de cubrir las aberturas, los focos de los autos y cualquier fuente de luz. Las acciones que se esperaba que la población ejecutara, se pueden apreciar en la noticia publicada en el Diario Río Negro del 12 de Diciembre de 1978 y que se reproduce textualmente a continuación:
“La Junta Municipal de Defensa Civil de Neuquén capital realizará el jueves 14 de Diciembre de 1978 un operativo de oscurecimiento en la ciudad entre las 22,30 y 23,30hs en forma conjunta con otras ciudades del Alto Valle.
Instrucciones:
1) Inicio del operativo a las 22,00hs., cuando sonará una sirena instalada en el centro de la ciudad y con el estallido de bombas de estruendo. Simultáneamente por las ondas de LU 5 Radio Neuquén y del Canal 7 de TV se anunciará el inicio del ejercicio.
2) Los automovilistas que se encuentren en el radio del operativo estacionarán de inmediato y apagarán todas las luces. Harán sonar sus bocinas durante un minuto, y no podrán volver a circular hasta el fin del ejercicio para evitar accidentes.
3) Los medios de transporte público y privado (colectivos, taxis y remises) no podrán circular durante el operativo.
4) Ante cualquier emergencia individual, tales como partos, accidentes u otras urgencias médicas; los afectados deben dirigirse a los jefes de manzana para que los servicios de seguridad los evacuen hacia los lugares de atención.
5) Toda persona que posea equipos de comunicación de bandas ciudadanas, deberá abstenerse de usarlos durante el ejercicio para no entorpecer los servicios de emergencia, ya que CALF utiliza dicho sistema.
6) El alumbrado público será cortado totalmente, las viviendas particulares tendrán suministro de energía eléctrica. Por ello, debe evitarse que la luz salga al exterior por puertas, ventanas y claraboyas en baños o cocinas. En caso de no contarse con postigos o persianas adecuadas que impidan filtraciones, tendrán que cubrirse con mantas, papeles oscuros o cartones gruesos. Se deberá tener cuidado al encender los televisores, ya que la fluorescencia se proyecta al exterior con gran intensidad.
7) Se solicita a la población no salir a la vía pública en forma innecesaria; quienes deban hacerlo tendrán que llevar ropa clara, en lo posible colores blancos, o un papel desplegado en sus manos para ser identificado por las fuerzas de seguridad, se recomienda que los niños permanezcan en sus hogares.
8)Los jefes de manzana tendrán la misión de instruir y preparar a los jefes de familia para un eficaz comportamiento la noche del operativo y deberán controlar que todas las viviendas y edificios de su jurisdicción cumplan las medidas impartidas y, muy concretamente, las destinadas a las coberturas de todas las salidas de luz al exterior.
9) Los jefes de familia colaborarán ante cualquier requerimiento que se les formule durante la práctica de oscurecimiento y deben contribuir a que los ejercicios se realicen a la perfección.
10) Los locales comerciales, restaurantes, confiterías, bares, cines y teatros funcionarán normalmente. Para ello deberán apagartotalmente sus vidrieras y carteles luminosos exteriores y evitar la proyección de luz de igual manera que las casas particulares.
11) Las reparticiones públicas de todo orden, sanatorios, clínicas, escuelas nocturnas, fábricas, etc. tendrán designado un responsable de las tareas de oscurecimiento.
12) Las rutas 234 y 22 estarán bloqueadas durante el operativo.
13) La junta municipal de Defensa Civil señala que un oscurecimiento adecuado no implica paralizar la vida de la ciudad, ya que en su interior debe continuar normalmente.
14) Un ejercicio de esta naturaleza tiene el carácter de carga pública. Por lo tanto es obligatorio respetar absolutamente las indicaciones que se impartan por
los servicios de emergencia a través de los jefes de manzana y los medios de comunicación.
15) En esta oportunidad, por ser un ejercicio de práctica, permanecerán encendidas por seguridad aérea las balizas ubicadas en el edificio torre del barrio Alta Barda, en la antena de Canal 7 de televisión y en la antena de ENTel, ENCOTel y L.U.5 Radio Neuquén. El resto de las balizas en edificios de altura deberán ser apagadas.” (25)
Según puede deducirse, las instrucciones eran tan precisas como contradictorias, pues mientras en el punto 13 se enfatiza sobre la continuidad del ritmo ciudadano, en los demás puntos se indica la casi paralización de las actividades y el sometimiento de la población a una virtual (por no decir explícita) militarización. A la atmósfera de sospecha constante sobre la población –el enemigo interior- propia de esa dictadura sangrienta, se sumó la correspondiente al enemigo externo. Se denunciaron actos de sabotaje, como el del lunes 04 de Diciembre, cuando en pleno oscurecimiento se iluminó un sector del Bº Don Bosco en Cipolletti, el diario de la zona lo calificó como “un acto de suma gravedad” (Río Negro, 07 de Diciembre de 1978, p. 12)
Por entonces, la llamada “visión nocturna” estaba en pleno desarrollo, y los oscurecimientos algo podrían haber aportado a la desubicación espacial de los pilotos chilenos, si es que estos hubieran recibido órdenes de ejecutar bombardeos contra ciudades del Alto Valle. Parece –ahora- bastante poco probable que tal cosa hubiera ocurrido, lo que –sin embargo- no desmerece la “utilización política del miedo” que las autoridades militares argentinas parecen haber hecho al poner en práctica este tipo de operativos. En realidad, el verdadero propósito de estos operativos parecía ser militarizar a la población, crear “un fantasma” (agresión externa) que hiciera dejar de lado y/o silenciar toda disidencia interna.
Otras manifestaciones de las implicaciones para la población civil quedaban evidentes en los siguientes ejemplos: primero, publicación del Decreto Nº 2348 que informaba sobre “movilización parcial y de duración limitada” (26) de los ciudadanos pertenecientes a la reserva (ex soldados – suboficiales – oficiales). Esta práctica no era –ni había sido- habitual en las Fuerzas Armadas de Argentina; segundo realización por parte del Comando de la VI Brigada de Infantería de Montaña (con asiento en Neuquén Capital) realizó un censo de automotores civiles que tuvieran equipos de comunicaciones radioeléctricas en la Provincia de Neuquén y del Departamento General Roca de la Provincia de Río Negro. (27)
Este ambiente militarizado descrito y que tuvo su correlato en nuestra región fue, como dijimos, generado e impulsado por la dictadura; pero también hubo una densa trama de la sociedad civil (historiadores, periodistas, políticos, dirigentes gremiales, empresarios) que alentó y legitimó la decisión del gobierno de rechazar el laudo y promovió la construcción de un clima violento, belicista y –por momentos- xenófobo.
La Academia Nacional de la Historia no emitió un dictamen oficial sobre la cuestión de límites con Chile. Pero muchos de sus miembros de número, entre los cuales buena parte integró la Mesa Ejecutiva de la corporación, se dedicaron a estudiar y fijar posición sobre el tema a través de conferencias, artículos y libros. Estos formaron un corpus documental que puede considerarse la posición no oficial pero sí oficiosa de la institución sobre las relaciones diplomáticas de Argentina con Chile en general, y de la cuestión del Beagle en particular. (28)
Desde el sector empresario, también llegaron expresiones de adhesión a la medida del gobierno de facto. Entidades como la Confederación Argentina de Transporte Automotor de Cargas (CATAC) fijaron esta posición. En Mendoza, tanto la Cámara de Comercio, Industria y Agropecuaria de San Rafael, como la Unión Comercial e
Industrial de Mendoza (UCIM), principal corporación empresaria de esta provincia, dieron a conocer sendos comunicados a través de los cuales fijaban posición favorable a los actos del gobierno de facto (29). La Asociación de Bancos Argentinos (ADEBA) envió un telegrama, firmado por su titular, Narciso E. Ocampo y dirigido al dictador Jorge R. Videla, por el cual se "expresa la solidaridad de la banca privada nacional con las decisiones que el gobierno deba adoptar en defensa de la soberanía nacional" (30). Más taxativa fue la definición de la Bolsa de Cereales, que dio a conocer un comunicado que en su parte principal señalaba: "Junto a un ferviente voto por la unidad, la armonía y la paz, siente la necesidad de adherir y sumar públicamente su apoyo de histórico rechazo del laudo que pone en duda nuestros derechos sobre el Atlántico" (31)
En conclusión, muchos actores no estatales de la Argentina tendieron a apoyar la actitud del gobierno de facto, en el sentido de desconocer un laudo arbitral que era obligatorio e inapelable. De esta manera se dieron pasos decisivos en el sentido de deslegitimar la secular tradición argentina de buscar mecanismos pacíficos de solución de controversias, fundamentalmente sobre la base del derecho. En su lugar, la sociedad civil fue fortaleciendo el enfoque exactamente opuesto, es decir, la sustitución del derecho y la diplomacia por la fuerza, las armas y “la política del hecho consumado” . Se produjo entonces una intoxicación ideológica en la Argentina, cuya población, como suele suceder, se inclinó hacia posiciones nacionalistas y se aprestó a movilizarse para iniciar las acciones bélicas con Chile en defensa de lo
que consideraba (gracias a la acción de la Academia de Historia, la prensa y demás actores no estatales) la pérdida de territorio nacional. (32)
La intervención papal para evitar la guerra
El 6 de agosto de 1978 murió el papa Pablo VI. El cónclave que eligió a su sucesor se realizó los días 25 y 26 de ese mismo mes. El sábado 26 resultó elegido el cardenal Albino Luciani, patriarca de Venecia. Esa misma noche, tras escoger el nombre de Juan Pablo I, recibió el saludo y la obediencia de los cardenales electores. Cuando llegó el turno del cardenal Raúl Francisco Primatesta, arzobispo de Córdoba y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, le manifestó su preocupación por la situación entre Argentina y Chile. Tristemente, y en circunstancias que aún permanecen envueltas en el misterio, Juan Pablo I moriría mientras dormía, menos de dos meses mas tarde.
Mientras un nuevo Cónclave se reunía en el Vaticano, el fantasma de la guerra seguía tomando cuerpo. En Octubre, la Iglesia Católica Argentina dispuso que la Asamblea del Episcopado a reunirse en noviembre de 1978 y tratase el tema de la paz. Fue así que la mencionada Asamblea el 18 de noviembre publicó una enjundiosa carta pastoral, “La Paz es obra de todos”, de nueve capítulos, orientada –según se puede leer en la misma- a armar espiritualmente para la paz el corazón de los cristianos y de la opinión pública, desistiendo de recurrir a la violencia en todos los ámbitos de la vida. Un capítulo estaba dedicado a “la paz y la naciones”, referido
directamente a la situación entre la Argentina y Chile (33) Y otro, a “la paz interior”, referido a la situación nacional, especialmente la derivada de la represión del Estado, que el reciente mundial de fútbol no había logrado hacer olvidar.
Videla, Presidente de facto, se reunió con el Cardenal Primatesta el 05 de Diciembre, durante varias horas, y según versiones salidas de la propia Casa Rosada, recogidas en la prensa (34) se habría planteado la posibilidad de la gestión del Cardenal ante el Papa para impulsar la mediación vaticana en el conflicto limítrofe. Si bien al día siguiente el embajador argentino ante el Vaticano - Rubén Blanco – negó estar realizando trámites en ese sentido, la prensa, en los días siguientes, retoma la posibilidad de la mediación (35), y también se informa sobre el viaje de Primatesta al Vaticano para un sínodo de obispos que tendría lugar entre los días 12 y 16 de Diciembre.
El 12 de diciembre, el nuevo Papa Juan Pablo II dirigió una carta a los presidentes de la Argentina y de Chile en vista del encuentro que ese día tenían los cancilleres de ambos países en Buenos Aires, haciendo votos para que “el coloquio allane el camino para una ulterior reflexión, la cual, obviando pasos que pudieran ser susceptibles de consecuencias imprevisibles, consienta la prosecución de un examen sereno y responsable del contraste” (36) . Fuera de esta expresión de deseos, pero no se conoce de otra iniciativa vaticana.
Sugestivamente, el 17 de Diciembre, reaparece el tema de la intervención papal en los medios. Se sigue hablando de “hermetismo”, hay declaraciones de Rubén Blanco y del Cardenal Romeo Panciroli -vocero oficial de la Santa Sede- en las que no se afirma nada concreto. Ambos confirman una prolongada reunión Primatesta – Juan Pablo II, pero no niegan ni confirman que se haya pedido la mediación (37). El viernes 22, en Roma, en la reunión con el Colegio de Cardenales para los saludos navideños, el Papa Juan Pablo II reveló que “en el día de ayer frente a las noticias cada vez más alarmantes que llegaban sobre el agravamiento y la posible precipitación
de la situación, temida por no pocos como inminente, hice conocer a las partes mi disposición - e incluso el deseo- de enviar a las dos capitales un representante mío especial, para tener informaciones más directas y concretas sobre las respectivas posiciones y para examinar y buscar juntos las posibilidades de una composición honorable y pacífica de la controversia. A la noche ha llegado la noticia de la aceptación de tal propuesta por parte de ambos Gobiernos, con expresiones de gratitud
y de confianza” (38). Ese mismo día, en el Diario Río Negro se informaba sobre “una supuesta disposición de la Santa Sede a enviar una misión de paz a esta capital (se refiere a Buenos Aires - el cable se levantó de la agencia Noticias Argentinas) y Santiago de Chile…” (39) y, como ya se había vuelto habitual, se firmaba que la versión no había podido ser confirmada por ninguna fuente. En un despacho, se transcribe inclusive una comunicación telefónica con el embajador Blanco quien,
una vez más, responde ambiguamente –ni desmiente ni confirma-.
El día siguiente, 23 de Diciembre, se informa públicamente que ambos países habían aceptado la misión pacificadora de la Iglesia y que el mediador designado tomaría contacto con los dos gobiernos con el fin de encauzar las negociaciones hasta llegar a una resolución pacífica del conflicto. El anuncio llegó luego de una jornada en la que habían circulado alarmantes trascendidos sobre un desenlace militar (40). Las informaciones también se referían a que en Chile se vivía un día de alivio y que las autoridades que habían concurrido a saludar a Pinochet por las fiestas, se habían referido a la intervención papal como a “un regalo de Navidad”.
El día de Navidad, el cardenal Antonio Samoré, representante especial del Papa, acompañado de un sacerdote español, Faustino Sainz Muñoz, partió de Roma rumbo a Buenos Aires y Santiago de Chile. En la prensa argentina se lo describió como un hombre mesurado, parco en sus declaraciones y de juicio preciso, que se toma
el tiempo necesario para escuchar (41). También se hacía referencia a su posición como “tercero en la jerarquía de poder del Vaticano”, lo que demostraba –según la prensa- el interés supremo del pontífice en solucionar el conflicto austral.
El 26 comenzaron las rondas de entrevistas con representantes de los gobiernos de Argentina y Chile, que se mantuvieron hasta el 30 de ese mes. En un despacho, el enviado especial de Noticias Argentinas a Santiago de Chile –José Ignacio López- analiza declaraciones de Samoré en las que pide condiciones para que el entendimiento realmente sea posible, El periodista entiende que en realidad el eclesiástico estaba pidiendo garantías a los gobiernos, ya que el Vaticano estaba poniendo en juego su autoridad moral sobre temas de mediación diplomática en Latinoamérica.
Un desenlace deseado:
La guerra, al menos la guerra abierta, pudo ser evitada.
Surgen a partir de allí, varias cuestiones (que deseamos muevan a preguntas y futuras investigaciones) que, como propósito de este trabajo, pretendemos no responder sino –al menos e inicialmente- exponer. Algunas de ellas, brevemente, fueron hechas en 2003 al Teniente General (R) Martín Balza por la publicación chilena La Tercera. He aquí una breve cita de algunas de sus partes mas jugosas:
“¿Por qué el gobierno militar argentino no continuó?
-Es una pregunta que no tiene respuesta conocida. Sin duda, la autoridad moral del papa Juan Pablo II fue una razón. También la certeza de que
serían condenados internacionalmente como agresores puede haber jugado un rol en la decisión. Además la seguridad de una resistencia "simbólica" de parte de Chile y una victoria fácil se fue desvaneciendo día a día al ver que a pesar de los intentos de amedrentamiento Chile no cambiaba su posición.
-¿Por qué no hubo guerra? ¿Por la intervención del Papa Juan Pablo II o por otros factores?
-Fundamentalmente por la intervención del Papa, por el enorme y objetivo peso moral del Papa para dos pueblos mayoritariamente católicos, pero donde también otras religiones compartían ese pensamiento. Aquí no era una cuestión religiosa, pero todas las confesiones religiosas tienen ese ideal, esa predilección por la paz. Fundamentalmente por eso no hubo guerra, y creo también que no la hubo por la acción de los dos pueblos a último momento. No creo que ningún chileno, obrando de buena fe y con un mínimo de sentido común, haya deseado una guerra. Lamentablemente, no puedo dejar de reconocer que hubo argentinos y hubo chilenos que la desearon, pero fue un grupo insignificante.
-Dentro de la junta militar argentina, ¿quién fue el que puso el freno a la guerra? Se ha comentado que fue Jorge Videla el que mantuvo ciertas resistencias a entrar en un conflicto con Chile.
-En aquel entonces yo era teniente coronel y no sé si fue alguno el que puso el freno. Yo creo que el freno fue puesto por el enorme peso moral del Papa.” (42)
Finalmente, el 8 de Enero de 1979, los cancilleres de la Argentina y de Chile, reunidos en Montevideo, suscribieron un acta de once puntos en la que ambos gobiernos acordaron solicitarle a Juan Pablo II que actuase como mediador con la finalidad de guiarlos en las negociaciones; al mismo tiempo acordaban desistir de otros medios para resolver la disputa y aceptaban el veredicto de Su Santidad. (43)
Conclusiones
A modo de breves conclusiones a este escrito, nos gustaría señalar, al menos tres aspectos centrales que –creemos- merecen retomarse o investigarse con algún nivel superior de profundidad.
En primer lugar, debe mencionarse que todo lo relativo a la “casi guerra” de 1978, está enmarcado en la profunda dificultad que existe para acceder a material de fuentes que – se saben- existen en ambos lados de la cordillera. En el caso de Argentina, el acceso a materiales del período tratado es casi imposible, puesto que se ha centralizado –desde los comienzos de la década de 1980- todo lo existente en el Edificio Libertador (Sede del Comandante en Jefe del Ejército Argentino) o en
algunas dependencias del mismo. Aún pese a no obrar –al menos en forma conocida- ese material bajo alguna forma de “secreto militar” o “secreto de Estado”, su mera existencia es –muchas veces- negada de plano o dificultada al extremo.
En segundo lugar, y relacionado directamente con el punto anterior, debe mencionarse que la forma mas accesible de reconstrucción, consiste en la recolección de testimonios. Mucha de la información aquí vertida, ha sido conseguida de esa manera y/o a través del recurso del “intercambio epistolar mediante la Web”,
con lo que los “problemas” de credibilidad, fiabilidad y certeza de la información conseguida, siempre parecen constituirse como “previos” a la discusión de cualquier información o dato.
En tercer lugar, y ya adentrándonos en lo “regional” del trabajo, deberíamos decir que nos motiva –especialmente- rastrear el impacto en lo social y demográfico que las movilizaciones masivas de tropas han supuesto para las poblaciones de –al menos- la Nor-Patagonia Argentina, en especial las de las áreas alto-valletana y fronteriza que, en su mayoría, contaban con poblaciones mas bien reducidas. Debería investigarse –en este punto- que cambios en las dinámicas cotidianas de funcionamiento se produjeron, teniendo en claro que, en algunos casos, la llegada de personal militar casi duplicó la cantidad usual de habitantes, amén de haberse producido en meses que –todavía en aquella época- implicaban el “cenit” de la actividad económica predominante: “la cosecha”.
CITAS
23- Diario Río Negro, 11 de Octubre de 1978, p. 13
24- Diario Río Negro, 11 de Octubre de 1978, p. 13
25- Diario Río Negro del 12 de Diciembre de 1978
26- Diario Río Negro, 12 de Octubre de 1978, Tapa
27- Diario Río Negro, 04 de Diciembre de 1978, p. 10
28- LACOSTE, P. “La Academia Nacional de la Historia y el conflicto del Beagle.” En: ATEKNA. Centro de Estudios Patagónicos. Puerto Madryn, N° 1, diciembre 2003, pp. 195-22
29- Diario Los Andes, 30 de enero de 1978 p. 9 y 8 de febrero de 1978 p.10
30- Diario La Nación, 13 de diciembre de 1978, p. 30
31- Diario La Nación, 15 de diciembre de 1978 p. 28
32- LACOSTE, P. Op. Cit. 2003.
33- GIAQUINTA, C. “Cómo se gestó la Mediación” En: Revista Criterio. Número 2346, Marzo de 2009. Pág. 23 a 28.
34- Diario Río Negro. 05 de Diciembre de 1978, pág. 14.
35- Diario Río Negro. 06 de Diciembre de 1978, pág. 15.
36- GIAQUINTA, C. Op. Cit. 2009
37- Diario Río Negro. 17 de Diciembre de 1978, pág. 14.
38- GIAQUINTA, C. Op. Cit. 2009.
39- Diario Río Negro. 22 de Diciembre de 1978, pág. 16 y 17.
40- Diario Río Negro. 23 de Diciembre de 1978, pág. 21.
41- Diario Río Negro. 26 de Diciembre de 1978, pág. 13.
42- Diario La Tercera de Chile. Santiago de Chile. 2003. Entrevista de Pedro Schwarze
43- El Acta completa, en idioma Inglés, abarca tres páginas con encabezados en Inglés y Francés. Se firmó en la ciudad uruguaya de Montevideo en enero de 1979 y puede consultarse en:
www.dipublico.com.ar/instrumentos/169.pdf
Saludos
Christian