[quote="CAW"][b]Thursday, December 29th 2011 - 21:24 UTC
[size=18]Falklands’ flagged vessels: “Another diplomatic victory for President Fernández”
En su último articulo sobre Argentina, The Economist se refiere a la reciente decisión del Mercosur de apoyar a la Presidente Cristina Fernández en prohibir que barcos que enarbolen la bandera de Malvinas puedan atracar en los puertos regionales.
La Publicación como el encabezado dice (Argentina y las Malvinas: moviendo el bote) lo describe como otra victoria diplomática para Cristina y también argumenta que tanto los Gobiernos Malvinense como Británico han fallado en explicar su postura al resto de Sud-América.
¿Logrará ella arreglárselas para regionalizar la disputa y obtener sufieciente apoyo como para un bloqueo?
Se está volviendo un ritual cotidiano: cada vez que un aniversario significativo de la Guerra de 1982 entre Argentina e Inglaterra por las Malvinas se acerca, su gobierno empieza a blandir sables. En 2007, Néstor Kirchner, el Presidente de entonces, canceló un acuerdo por petróleo y gas con Gran Bretaña y prohibió que empresas energéticas con activos en las islas, que Argentina llama Malvinas, pudieran operar en su territorio continental. Con el 30º Aniversario llegando en Abril, la tradición ha sido realzada por Cristina Fernández, la viuda y sucesora del Señor Kirchner, quien deberá pedir licencia por 20 días el 4 de Enero de 2012, en función de ser tratada por un cáncer de tiroides. El 20 de Diciembre ella obtuvo de sus socios en el Bloque Comercial Mercosur -Brasil, Paraguay y Uruguay- la declaración de que se prohibiría el acceso a puertos de barcos civiles que enarbolaran la bandera de las Islas Malvinas.
Aunque una cifra de hasta U$S 300 millones en comercio marítimo de y hacia las Malvinas pasa através de Uruguay cada año, la decisión puede que tenga poco efecto real. La mayoría de los 30 y tantos barcos que usan la bandera de Malvinas (...) pertenecen a compañías pesqueras españolas. Los barcos mercantes británicos aúnpodrán atracar en los puertos sud-americanos.
De cualquier manera, la nueva política del Mercosur es la última de una serie de pequeñas victorias diplomáticas para Argentina, la cual pretende regionalizar lo que siempre ha sido una disputa bilateral. El Mercosur ya no recibe en sus puertos a barcos de guerra británicos con destino a Malvinas. En los primeros días de Diciembre una reunión de la recién creada Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños de 33 Estados, unanimemente apoyó "los legítimos derechos en la disputa de soberanía" de Argentina por las Malvinas y Georgias del Sur. UNASUR, la Unión Sudamericana, ha hecho otro tanto.
En 2010, Hllary Clinton, la Secrtaria de Estado Estadounidense, abogó por conversaciones en torno a la disputa, un contraste con 1982, cuando los Estados Unidos apoyaron a Gran Bretaña. El Gobierno Británico insiste que su control sobre las Islas, que se remonta hasta 1833, es claro en el marco de la Ley Internacional, y que el derecho de los malvinenses a la auto-determinación no es negociable.
La Señora Fernández ha sido especialmente ejecutiva en lo que hace a la reciente exploracón en aguas de Malvinas. Los pequeños yacimientos hallados hasta ahora pueden no ser redituables, aunque una plataforma en breve empezará a perforar en una zona previamente no explorada al sur de las Islas. Pero Argentina respondió a la nueva ronda de perforaciones de 2010 con la requisitoria de que los barcos que viajan entre el continente y las islas reciban permiso. En un discurso ante la ONU en Septiembre, la Señora Fernández amenazó con interrumpir los vuelos semanales operados por LAN entre Chile y Malvinas. Ella acusó a David Cameron, el Primer Ministro Británico, de "mediocridad y casi estupidez" por rehusarse a negociar la Soberanía.
Argentina ha abjurado de realizar otro intento de tomar las Islas por la fuerza. De cualquier manera, carece de medios militares. Mas allá de los cortes en el gasto público, Gran Bretaña aún gasta mucho en la defensa de las islas.
Pero si el petróleo empieza a fluir, Argentina podría intentar conseguir apoyo regional para un bloqueo económico. ¿Lo obtendría? La mayoría de los gobiernos Latino-Americanos son de centro-izquierda, fuertemente nacionalistas y crecientemente confiados en su cada vez mas importante presencia en el mundo. Argentina los ha persuadido de que las Malvinas son anacronismo colonial.
El Señor Cameron dijo en su mensaje de Navidad que él "núnca" negociaría la Soberanía "a menos que ustedes, los isleños, asi lo desearan." Los 3.000 isleños no lo desean: como un pueblo ellos han estado en América tanto tiempo como muchos argentinos y detestan ser patoteados. Pero ellos -y Gran Bretaña han fallado en explicar su postura al resto de Sud-América. Los diplomáticos británicos dudan que la región pueda ofrecer mas que apoyo retórico a los reclamos de Argentina. Y eso parece una visión complaciente.
The Economist ¡¡¡Please!!! Dedíquese a la economía…
Por Guillermo Illuminati
Este título es lo que yo le diría al columnista responsable del artículo titulado: “Argentina y las Malvinas” del 03/01/2012. ¿Por qué? Porque estimo que ignora o hace como que no sabe nada de política internacional británica ni de la histórica, incomprensible y bastarda relación de Inglaterra con nuestro país; espuria relación que es anterior al 25 de Mayo de 1810.
¡Sí señor! Desde le época en que Lord Strangford, desde su despacho en Río de Janeiro, manipulaba y dirigía todas las operaciones de infiltración y ocupación, fuere militar o económica, de las naciones que estaban por nacer en la América Latina y Católica.
Tanto que el inglés se daba el lujo de tener por principal espía e infidente en Buenos Aires a la famosa Ana Périchon, llamada “La Perichona” (tía de Camila O’Gorman), liberal y gentil cortesana que solía compartir el lecho con Santiago de Liniers, viudo (dos veces), solitario y sentimental Virrey de España y Líder de la Reconquista luego de las Invasiones Inglesas.
Todo lo que esta mujer le sonsacaba a Liniers, se lo transmitía inmediata y secretamente al Lord Strangford. Lo que demuestra que Gran Bretaña siempre consideró a estas tierras parte de su imperio, de las cuales no se ha desentendido hasta ahora ni un momento.
Tan raras, misteriosas y fuera de toda norma fueron las relaciones internacionales, que el Tratado de Amistad firmado con Albión en 1825, nunca fue denunciado (anulado o revocado), a pesar que ocho años más tarde, en 1833 la gran “Nación Amiga”, ocupa y nos arrebata las Malvinas, parte indiscutible de su territorio. Y lo hace sin ningún previo aviso o declaración, como siempre han procedido los Taimados Piratas de la Historia.
A los dirigentes y líderes de esta astuta raza o pueblo imperialista, cuando les conviene son feroces y cuando no, son taimados, simuladores y conspiradores, Sobre todo, con países que carecen de dignidad, vergüenza y virilidad (virilidad en el sentido de virtud), como el nuestro.
Y no obstante ese atropello, esa desleal y artera usurpación de 1833, el Tratado de Amistad de 1825 sigue incólume, y hasta el día de hoy, ningún, escúcheseme bien: NINGÚN GOBIERNO ARGENTINO lo ha denunciado o al menos, procurado modificar o actualizar en algunas de sus insólitas cláusulas, humillantes para nosotros y ventajosas para ellos.
¡Oh sí, Inglaterra es “tan amiga” de la Argentina y su gente! Inca-la-perra, la llamó José Hernández a Inglaterra, por boca de Martín Fierro: “Hasta un inglés sanjiador / que decía en la última guerra / que él era de Inca-la perra” (Canto III). Toda una metáfora: Perra que “hinca” sus dientes y hace sangrar a su presa, inglés “sanjiador”, es decir, zanjador o zapador es el que cava zanjas para marcar límites y divisiones de la tierra.
Y esto es lo que siempre ha caracterizado hasta el presente a la relación de Gran Bretaña con la Argentina: el trabajo de zapa, conquistar, usurpar, apropiación por falsa usucapión, concesión, préstamo, hipoteca o usufructo indebido.
A tales efectos, existe un aforismo jurídico que me permito recordarles a todos mis compatriotas: “Nemo potest propriam turpitudinem allegare” (nadie pude alegar a su favor su propia torpeza) o, como le reprochó su madre al rey moro Boabdil cuando éste perdió Granada: “No llores como mujer lo que no supiste defender como hombre”, contracara de la frase de nuestro amado Himno Nacional: “Sean eternos los laureles que supimos conseguir”.
¡Por favor, no me vengan a decir que a la Argentina no le gusta esa clase de extraña e incomprensible “amistad”, salvo la oposición de honorables voces –que son muy pocas- que han denunciado y execrado a este humillante servilismo!
Ni los gobiernos supuestamente nacionalistas de Yrigoyen, Uriburu, Onganía o Videla, intentaron acabar con este vil acuerdo con los británicos. Es como si hubiera un código histórico intocable y oculto que aconseja “De eso no se habla”.
La permanente connivencia de todos los gobiernos que a nuestro pesar hemos tenido o soportado, con la dominante y deletérea política inglesa en el Río de la Plata, explican también las razones por las cuales nunca en nuestro país, a lo largo de su historia, un conflicto con los ingleses por la Recuperación de las Islas fuera considerado como “hipótesis de conflicto”, ni siquiera nuestras Fuerzas Armadas, las cuales NUNCA fueron instruidas, preparadas y equipadas para un eventual conflicto en el Atlántico Sur.
De manera que ahora no nos vengan con cacareos de falsos nacionalismos e hipócritas actitudes de querer enfrentar y condicionar los planes de dominio inglés en la zona austral cuando tampoco se ha denunciado el acuerdo celebrado por el innombrable Rematador de Anillaco con el Reino Unido en 1990 (a espaldas del Congreso Nacional, por lo tanto es NULO), acuerdo redactado por estos depredadores (o Proxenetas Internacionales, como alguien hace poco los ha denominado a esta clase de individuos-insectos), sin ninguna corrección por parte de la Argentina, lo que convierte al mismo, lisa y llanamente, en un Acta de Rendición Incondicional.
Y mientras los “papamoscas argentinos” miramos con ojos vacunos para cualquier lado, las empresas inglesas se han apropiado de nuestro subsuelo por unos peniques, con el conveniente silencio de esta alienada administración y el aplauso y la complicidad de los gobernadores de toda la Andinia Argentina.
Muere el Gobernador de Río Negro, provincia patagónica donde hace más de dos años que inexplicablemente está operando una pista de aviación construida en las tierras pertenecientes a un tal Mr. Lewis (aparentemente un súbdito de su Graciosa Majestad Británica) y nadie dice ni explica nada, a pesar que son muchas las voces que han denunciado un ilegal puente aéreo entre esa pista (con aeropuerto incluido) y las Islas Malvinas.
Al mismo tiempo, a fin de que “los papamoscas” sigamos mirando la nada, el oficialismo y sus adláteres nos entretienen con otra amenaza a Inglaterra de detener los sobrevuelos de LAN con destino a las islas. Otra balandronada de utilería; otra declaración falsamente nacionalista mientras privamos a la Fuerza Aérea de los medios para hacer efectivo tal amago de soberanía (aviones interceptores, radares y comunicaciones).
Asimismo, ya que El Economista habla de la autodeterminación de los isleños, de paso, hubiera recordado cómo fue sembrado y trasplantado casi forzosamente un grupo humano de marginales e indigentes que eran descalificados y menospreciados por los mismos ingleses. Esta perversa operación de injertar una población “heteróctona” (no autóctona) con la finalidad política de una usurpación territorial, no se le escapa, por su evidente ilegalidad, a ningún ser que razonable y sinceramente se precie de pensar con lucidez y cordura.
Finalmente, soy de opinión que todos estos apoyos que pedimos a los organismos latinoamericanos y a los socios del MERCOSUR y UNASUR, son sólo “pour la galerie” y sólo sirven como apoyo a la farsa de este curioso neonacionalismo. La cruda y dolorosa verdad es que el tema Malvinas es un problema exclusivo de Argentina y lo debe resolver por sí misma, ya que hoy día a ningún hermano latinoamericano le interesa, fuera del cliché de las consabidas declaraciones diplomáticas de solidaridad que no pasan de ser una “expresión de deseos”.